"No lo consideraba un problema"

“No lo consideraba un problema”. Ese era el aspecto en común entre las personas que nos contaron sus experiencias con el alcohol. Mientras Jorge R. nos contó que él se encontraba en una buena situación económica pero en una deplorable situación familiar y no lograba entender que en su sobriedad podía ser el padre o esposo más amoroso, pero ebrio podría ser todo lo contrario.

Por otro lado tenemos a Ana una reformada; la cual nos contó que bebía únicamente los fines de semana, los cuales aprovechaba para contrarrestar las ganas por beber que tenían su esposo y ella. Ana mencionó que al beber se volvía agresiva y que en cierta ocasión agredió a su esposo, lo que la condujo a un psicólogo en donde descubrió su problema de alcoholismo.

Jorge y Ana aceptan que el alcohol los llevo a conflictos familiares y ambos tuvieron la oportunidad de ser apoyados por la organización Alcohólicos Anónimos (AA) en donde se vieron refugiados y auxiliados para superar sus problemas con la bebida. Ambos comparten que el primer paso para rehabilitarse es aceptar que están enfermos y que pueden tropezar en el camino, pero que con el apoyo de AA y sus familiares pueden seguir adelante.

Tras esta dolorosa experiencia, Jorge lleva 15 años sobrio y considera que es alguien más humano, ya que vive bajos principios espirituales y emociones reales. Por otro lado Ana ha logrado vivir un año sin alcohol y ha arrastrado a su esposo con ella en las rehabilitaciones, mientras sus hijos están en una rama de AA para ayudar a los hijos de alcohólicos.

Después del contacto con historias, en donde la aceptación del problema y perseverancia en cambiarlo, logran sacar a flote la humanidad de las personas, podremos ser más consientes de lo perjudicial que es el alcoholismo en la vida de las personas.